jueves, 8 de noviembre de 2007

Mar adentro


La playa reclamaba la atención, desde aquel mirador había lanzado los ojos a la costa como un par de anzuelos hundiéndose en la maravilla, desplegando la playa entre las manos, la gran red de luces y espuma y sal y algas bogando. Apoyado en la barandilla, se dejaba sentir por el viento, el lametazo del agua en sus oidos, las ondas que ahora le traían la imagen de Irya desnuda, brotando del mar para acariciar la luz, para ahogar el silencio entre sus venas agarrotadas dos meses despues.
Todas las imágenes del mundo se concentraban allá abajo, luchaban al mismo tiempo por desbordar su mente, por rozarle las mejillas; salada pugna de las imágenes con Irya, los besos de Irya, conchas que un día palpitaron en la orilla.
La playa era Irya, su espalda tendida donde se tumbara la noche, donde construir castillos de aire y arena y estrellas de mar cuando Irya era una estrella y el mar...
-Maldito verano, lleno de gente ahogando su tiempo en primera linea de playa, chapoteando carne embutidos en tangas, creyendo olvidarse del trabajo mientras se desviven en préstamos de sol, intentando clavar una sombra sin molestar a la vecina que deroga el privilegio a sus encantos mostrándolos en público.
Eso era hoy Barcelona, golondrinas en el puerto arrastrándose sobre el agua, abarrotadas de guiris incrustados en su lomo, (con cámaras digitalizando la playa, nuestra playa), en el mismo lomo en que dos meses atrás creimos volar juntos, mientras me acariciabas la mejilla, mientras el mar, allá abajo no tenía forma de tumba, tu tumba.

(De "Masturbando palabras en el cerebro cósmico", ed. Atlantis, 2007)

"Cuando acaba el verano del amor, uno se ve abocado a crímenes así"

1 comentario:

Hisae dijo...

Interesante escrito de la Barcelona de hoy...
Y precioso el poema "de la muerte en ti". Me gustó ese beso.
Saludos